Niños triquis: Cuando el basquetbol es el único camino al éxito

DB

“La figura de un niño indígena, aquel que no tiene nada, que solo su calor es el sol, esos rayos del sol en sus jornadas de trabajo, su alimento es el agua de sus ríos y las yerbas que le da el campo; su maíz, que conforme pasa el tiempo disminuye, donde una tortilla es dividida en dos o hasta tres partes para los más de ocho niños que viven en familia; un niño indígena que el estudio es su último recurso, donde un niño con hambre no sabe de letras, ni de números, el solo tiene hambre.” –Entrenador Sergio Zúñiga-.


El noroeste del Estado de Oaxaca es la cuna de la comunidad triqui, un grupo indígena de aproximadamente 26,000 personas que viven principalmente en las comunidades de San Juan Copala en la zona baja, San Martín Itunyoso, San Andrés Chicahuaxtla y Santo Domingo del Estado en la zona alta de la sierra mixteca.

ninostriquis2Es en esta región de México donde la historia de estos niños comienza. Una región indígena que no escapa de la marginación, la pobreza, que sufren de la carencia de estudios y trabajo.  Históricamente ha sido una comunidad golpeada por los problemas políticos y sociales, problemas  que van desde el alcoholismo hasta el alto índice de migración.

Los niños triquis no escapan de esta cruda realidad. La desnutrición y la falta de educación son solo dos de los principales problemas que afectan a estos niños indígenas, quienes han encontrado en el basquetbol una oportunidad para estudiar, una oportunidad de salir de la montaña, de su mundo y el deporte ráfag se convierte en su pasaporte a una mejor calidad de vida.

Precisamente este deporte es el más practicado en la comunidad triqui, y como parte de sus usos y costumbres (tal vez más por las carencias) los niños lo practican con los pies descalzos. Pero la historia de estos chicos cambió en el 2009, cuando el entrenador Sergio Zúñiga, graduado de la Escuela Nacional de Educación Física (ENEF), pusiera en marcha este proyecto que derivó en la creación de la Academia de Baloncesto Indígena de México (DIF-ABIM).

Como cualquier proyecto en la vida, el entrenador Zúñiga se topó con muchas barreras para lograr su objetivo. Todos esos problemas típicos que rodean a una comunidad indígena, junto con la discriminación hacia los niños por parte de maestros, fueron algunas de las piedras en el camino que Sergio encontró.  Por si fuera poco, muchos directivos del basquetbol en México, le cerraron la puerta en repetidas ocasiones, como en los procesos de la Olimpiada Infantil y Juvenil, por solo citar un ejemplo.

ninostriquis3Pero la perseverancia se mantuvo ahí, pronto el proyecto recibió apoyos gubernamentales, incentivos de organizaciones filantrópicas, ayuda de instituciones académicas y muchos otros apoyos interdisciplinarios que han fortalecido este programa deportivo-educativo, el cual ha ayudado a rescatar a más de 2500 niños indígenas en extrema pobreza. Zúñiga y su equipo de trabajo, han beneficiado no solo a niños triquis, sino también a los niños zapotecos y chinantecos.  A estos chicos se les ofrece alimentación, estudios, becas, calzado, ropa, asesoría pedagógica y psicológica; por supuesto, se les ofrece una proyección deportiva a través del basquetbol.

“Los campeones descalzos de la montaña” cosecharon lo que se había sembrado años atrás, al ganar campeonatos nacionales en Aguascalientes, Guanajuato y Nuevo León, eventos organizados por la Youth Basketball of America (YBOA), una organización norteamericana dedicada a la promoción y desarrollo de la juventud a través del basquetbol.

Sin embargo, el 2013 fue el despegue del programa de la ABIM. Los medios de comunicación y las redes sociales fueron el detonante para que los aficionados y otras instituciones del deporte ráfaga voltearan a ver el trabajo que se hace en esta región indígena de México. En esta ocasión, 20 niños triquis obtuvieron el apoyo necesario para participar en el evento internacional  YBOA en Florida, Estados Unidos. Esta fue la primera competencia internacional de los niños triquis.

Los triquis han sido invitados y reconocidos en eventos nacionales e internacionales.  También participaron en el IV Festival Mundial de Mini-Baloncesto en Argentina, en donde sumaron triunfos, aplausos y reconocimientos. Recientemente conquistaron Italia en la Copa Bees Pesaro 2015 donde terminaron el torneo de manera invicta.

Los apoyos y los patrocinios llegaron para este programa y los niños triquis sin duda lo merecen.  Personas como Sergio Zúñiga que tienen la voluntad de transformar el mundo de otros, ahora deben afrontar tareas difíciles con más responsabilidades y objetivos que cumplir.

Pero habrá que cuidar a estos estos niños para que no se conviertan en una bandera política o en un tema de moda.  Tal vez ellos ahora no entiendan el camino que les ha tocado y lo que les falta por recorrer. Ahora solo nos queda apoyar esta causa, porque descalzos o no, estos niños indígenas tienen ahora al basquetbol como el único camino que los puede llevar a conseguir el éxito.

Next Post

Baloncesto a la Europea

Sabemos que el baloncesto es un deporte universal y que es muy factible que en cualquier parte del mundo encontremos una cancha, un tablero, o cualquier cosa que simule un aro donde poder encestar un balón. Es un hecho es que el deporte ráfaga se juega en cualquier lugar del mundo. Al igual […]