La Asociación Deportiva Mexicana de Basquetbol (ADEMEBA) celebró en días pasados su Asamblea Nacional en la cual fue elegida Xóchitl Lagarda Burton como nueva presidenta del organismo que dirigirá el basquetbol en México.
Y no, el personaje que dirigirá el basquetbol nacional no salió de los presidentes de asociación candidateados para esta asamblea. La propuesta llegó desde la propia FIBA y Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), quienes ya venían haciendo una labor de ‘headhunter’ en nuestro país, y entre otras tareas, también fue la de cabildear entre los diferentes sectores del basquetbol , incluyendo el nivel el universitario y también el profesional. Esta comisión de trabajo fue encabezada por José Luis Sáez, ex Presidente de la Federación Española de Baloncesto.
En dicha asamblea, los miembros de ADEMEBA aceptaron de manera unánime la propuesta «Unidad por el Basquetbol en México» de Xóchitl Lagarda Burton, quien profesionalmente se ha desarrollado en el sector empresarial y educativo pero que nunca se había relacionado con el basquetbol mexicano.
Esta asamblea de ADEMEBA fue la primera en muchos años en la que su proceso de elección fue unánime, además, contó con la anuencia de la CONADE, sin embargo, no garantiza que tenga un porvenir promisorio ya que es inevitable pensar en sus pasadas elecciones, cuyos procesos siempre fueron acusados de presentar diversas irregularidades, que dieron pie a muchas disputas en detrimento del basquet mexicano.
De hecho, cuando las propuestas para organizar el basquetbol han sido ajenas a la ADEMEBA han resultado también en un verdadero fiasco. Tal es el caso de las ‘asambleas’ fallidas de Jesús Mena, sobre todo en 2013, cuando en la elección por la dirigencia del basquetbol nacional estaban involucrados ‘Meme’ Sáenz (ANB) y Agustín Villa (FMB).
Internamente, el más reciente caso irregular fue el de Gilberto Hernández Oseguera, quien fue elegido como Presidente de ADEMEBA a finales de 2016. Los desacuerdos llegaron pronto con el Comité Olímpico Mexicano y con parte de un sector empresarial del norte del país. Al final, Hernández Oseguera emigró a la Federación de Futbol y dejó vacante su lugar, que posteriormente fue tomado por el entonces Gerente General de la ADEMEBA José Reyes Ronfini; que por cierto, seguirá colaborando con la asociación pero con otras funciones.
Mientras tanto, Xóchitl Lagarda tiene en sus manos el control del basquetbol mexicano, aunque dicho sea de paso, tendrá la sombra de Modesto Robledo Robledo, quien fue designado como Vicepresidente de la asociación, nombramiento que significa el regreso de uno de los personajes más polémicos en la historia reciente del basquetbol mexicano y que años atrás fuera relegado en el periodo de Alfredo Castillo en la CONADE.
Además de Robledo, en la parte alta del organigrama aparece René Cortes González como nuevo tesorero de la asociación. Le siguen ocho vocales, en los que destacan Carlos Hernández (Ciudad de México), Manuel ‘Meme’ Sáenz (Nuevo León), Olivia Carrillo (quien alguna vez fuera parte del proyecto Ayón-COM-Cucha Gómez) y Mario Méndez (Yucatán), antiguo fundador de la desaparecida ADEMEBA Veracruz (Minatitlán) y recientemente nombrado como dirigente de la COCABA.
Pero habrá que darle el beneficio de la duda a la nueva ADEMEBA. El proyecto de Xóchitl Lagarda está sustentado en varios puntos interesantes, entre ellos: el apoyo al basquetbol femenil (sumamente relegado), la activación del basquetbol con un enfoque social y el desarrollo de un punto en el que la FIBA ha puesto gran interés, el basquetbol 3×3.
No será fácil la labor sobre todo en conciliar intereses, porque las cosas al interior de la ADEMEBA políticamente pueden tomar otro rumbo en el futuro. El sector profesional tampoco es fácil y la selección mexicana mayor podría convertirse en un dolor de cabeza, por los diversos intereses que rodean al selectivo mexicano.
Además, será interesante conocer cuál será el papel que tome el Comité Olímpico Mexicano, la propia FIBA y personajes como Agustín Villa, entre otros. En fin, hay una luz al final del túnel de nueva cuenta, pero no sabemos si llevará al basquetbol mexicano a un oasis próspero y generoso o simplemente rumbo a un espejismo, de esos a los que ya estamos tristemente acostumbrados.
Al tiempo.