¿Por qué enloquecemos en marzo?

DB

Cuántas veces hemos platicado de las historias que giran en torno al baloncesto. Podemos ver en las duelas de todo el mundo diferentes estilos, unos no tan espectaculares pero si muy técnicos, de baloncesto elemental y estratégico, como el baloncesto europeo; en América, en el colegial norteamericano, podemos ver gran velocidad y una constancia física impresionante.

Ni hablar del espectáculo y el nivel de la NBA. El basquetbol, a final de cuentas, se juega en todo el mundo y hay para todos los gustos, pero de alguna manera o en algún momento hemos tenido la fortuna de ser testigos de estas historias que se construyen sobre la duela de juego.

Ya estamos en el mes de marzo y la NCAA entra en su etapa cumbre, en el Campeonato Nacional donde se vive una verdadera locura. Todo comienza en el mes de noviembre cuando los equipos que conforman la División I del basquet colegial se enfrentan en sus respectivas Conferencias, los nombres de éstas se nos pueden hacer familiares: ACC, el Big Ten, SEC, el PAC 12, Big 12, entre otras.AP

Estos Campeonatos de Conferencia se definen a principios de marzo y se proclama un campeón de temporada regular por cada una de ellas. Al concluir, los campeones, más otras universidades invitadas, conformarán el Bracket por el Campeonato Nacional. Este basquetbol es la antesala a la NBA y muchos jugadores colegiales comienzan a construir parte de su historia antes de pisar la duela profesional.

Los protagonistas de estas historias se pueden mencionar en grandes cantidades: el gran Bill Russel y K.C. Jones haciendo maravillas en la Universidad de San Francisco; Wilt Chamberlain destrozando equipos con la universidad de Kansas a finales de los cincuentas; Oscar Roberson siendo indiscutible campeón anotador y Elgin Baylor destacando con la Universidad de Seattle.

Es difícil mencionar a todas las estrellas colegiales de todos los tiempos, pero por la mente me pasan nombres históricos como Pete maravich, Jerry Lucas, Kareem Abdul Jabbar, Bill Walton, Michael Jordan con North Carolina, Len Bias con Maryland, Ralph Sampson de la Universidad de Virgina; Sean Elliott de Arizona, Derrick Coleman de Syracuse, Grant Hill de Duke, Chris Webber de Michigan, sólo por mencionar algunos.

Muchas historias se han escrito y muchas de ellas incluso llevadas a Hollywood. Seguramente han visto la historia que Disney llevo al cine bajo el título de “Camino a la Gloria” (Glory Road 2006). Es la historia del Texas Western College (UTEP actualmente) y su asombrosa hazaña al jugar una final colegial con un equipo desconocido y con una base de jugadores de color con estilo callejero comandados por Bobby Joe Hill. Este equipo sureño enfrentó en la final nacional a la Universidad de Kentucky, cuyo equipo era conformado por jugadores blancos que practicaban un basquet metódico, demoledor y que tenía como a una de sus figuras a Pat Riley. El contraste racial fue lo que ponderó esta final colegial de 1966 y que sorpresivamente la TWC ganó con un marcador de 72 a 65.

A finales de los años setentas, una de las confrontaciones más excitantes de todos los tiempos fue la final de 1979. Earvin “Magic” Johnson y los Espartanos de Michigan State se enfrentaban a los Comodoros de Indiana State, del chico granjero Larry Bird. La duela vivió jugadas intensas y ambas estrellas querían llevar a su equipo al máximo, pero la magia de Johnson superó toda expectativa  y su equipo se llevó el campeonato en un juego espectacular. Obviamente, esta confrontación se convertiría en todo un clásico de la NBA. 

Las historias son increíbles. Vayamos a 1989, al campeonato de Michigan sobre Seaton Hall por 80-79 en tiempo extra, juego que tuvo como protagonista a Glen Rice, quien entre semifinal y final produjo un porcentaje de eficacia de 49.0, culminando con un promedió de 29.5 puntos por partido, el más alto desde 1978.

Otro de los momentos importantes en la historia de la NCAA fue el nombramiento del gran poste de origen nigeriano Hakeem Olajuwon. El integrante del «Phi Slama Jama», fue el Jugador Más Valioso del torneo final en 1983 a pesar de que su equipo, la Universidad de Houston, sucumbiera ante el gran equipo de North Carolina State, del legendario entrenador Jim Valvano.

También habrá que recordar los campeonatos consecutivos de 1991 y 1992 conseguidos por la Universidad de Duke, los primeros en 20 años y que con el famoso tiro ganador de Christian Laettner en la semifinal de 1992, llevó a lso Blue Devils a la final donde derrotó a la poderosa Universidad de Kansas. Más tarde, Laettner fue parte del Dream Team que participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92, como reconocimiento a su destacada participación en la NCAA.

Como olvidar la dramática imagen de Chris Webber, el excepcional jugador de los controvertidos Fab Five de Michigan, cuando pidió un tiempo fuera faltando 11 segundos en la final de 1993 contra North Carolina. Un tiempo fuera que ya no teníam y que les costó una falta técnica y la oportunidad de empatar el juego, dejando el campeonato en manos de los Tar Heels de Eric Montross y compañia.

Estas historias no se podrían contar sin lo hecho por Michael Jordan y su equipo comandado por el legendario entrenador Dean Smith. En 1982, North Carolina ganaría con un tiro de Michael Jordan para así llevarse el título  a costa del equipo de Georgetown comandado por Patrick Ewing.

También rememoramos a la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) entrenado por el mítico John Wooden y que ostenta el récord de más títulos nacionales con 11; Kentucky es segundo con ocho títulos, North Carolina suma seis mientras que Duke e Indiana suman cincoAP cada uno.

No podemos dejar de mencionar la participación de mexicanos en la NCAA. En los Sooners de Oklahoma, Víctor Ávila y Eduardo Nájera dejaron huella en ese equipo protagonista del Big 12. Posteriormente, Paco Cruz hizo lo propio con los Cowboys de Wyoming mientras que el chihuahuense Jorge Gutiérrez rompió récords con los Golden Bears de la Universidad de California.

En el Campeonato Nacional de la NCAA, ahora denominado March Madness, el proceso de clasificación incluye automáticamente a los campeones de cada una de las Conferencias de la División I. Los equipos restantes esperan la plaza por invitación, siendo elegidos 36 por el comité de selección de la NCAA. En la primera etapa se eliminarán los ocho equipos con puestos más bajos en la clasificación en el First Four para determinar qué equipos se unirán a los 60 restantes en la primera ronda del torneo. A partir de esta ronda todos buscarán llegar al ansiado Final Four.

Pero el March Madness no es el único torneo colegial en Estados Unidos. El NIT (National Invitation Tournament) es el torneo más antiguo (se celebra desde 1938) y cuyas finales se disputan en Nueva York. El NIT invita a los mejores equipos que no tuvieron la oportunidad de ingresar al March Madness mientras que todos los equipos campeones de conferencia en temporada regular, pero que no participen en el torneo de la NCAA, tienen garantizada una plaza en este torneo.

Consulta el bracket del March Madness 2018 AQUí

 

 

 

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