Las postemporadas NBA al estilo Michael Jordan

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Análisis, datos, anécdotas y estadísticas. Por: Juan Antonio Razo

 Ahora que se pusieron de moda las estatuas, se acaba de anunciar que la de Michael Jordan que se encuentra a las afueras del United Center, pronto será trasladada al interior del estadio. Buena decisión para tenerla a buen resguardo y nada más oportuno ahora que por fin se ve que Chicago ha logrado armar a un buen equipo. También, en algún modo, es un reconocimiento indirecto a la labor del gerente Jerry Krause, recientemente fallecido.

Michael Jordan jugaba normalmente con tanta intensidad que es difícil imaginar que en las postemporadas su juego fuera aún más intenso. Se sublimaba en cada juego y encontraba una manera de demostrar que su fuerza mental superaba su capacidad física, la cual de por sí, ya era única. En cada postemporada de las que jugó, su sentido competitivo se incrementaba y una vez que dominó a los Detroit Pistons y ganó su primer anillo, no volvió a perder ninguna de las siguientes cinco postemporadas. Seguramente hubieran sido seis anillos en fila pero con su primer retiro ─por la muerte de su padre─ hubo dos temporadas intermedias que dividieron sus campeonatos en sendos “Three Peats”.

Michael Jordan, aprendió a ganar y con él todo el equipo dirigido por Phil Jackson. El axioma dice: “Ganar es algo que se aprende. Hay que aprender a ganar y a cerrar partidos”.

Ahora en esta postemporada se ha puesto de manifiesto el axioma anterior pues en partidos como el tercero de la serie entre Cavaliers y Pacers, los campeones superaron un marcador en contra por 26 puntos e impusieron un récord de postemporada. Igual pasó con el segundo partido en la serie entre Rockets y Thunder donde el equipo de Westbrook no supo mantener una ventaja de dos dígitos.

Jordan era un verdadero torbellino, con una energía que se notaba y sentía hasta afuera del estadio. Mantenía el autocontrol cumpliendo su labor de líder con tiros de último minuto, virtud que sólo poseen los superestrellas, como el reciente disparo de Marc Gasol de último segundo que hizo ganar a Grizzlies en el cuarto partido de la serie contra San Antonio en el partido más emocionante a la fecha de esta postemporada.

Su indudable liderazgo basado más en los hechos que en las palabras, causaba un efecto de mimetismo haciendo que sus compañeros elevaran su nivel de juego, en algunos más que en otros como el caso de L. Longle. Así, Phil Jackson aceptaba esta situación pues MJ sabía bien dónde estaban los límites. Jackson también evolucionó junto con el equipo y sus enseñanzas de meditación basadas en la doctrina Zen lograban que el equipo mantuviera el difícil equilibrio y alcanzó un nivel superior que era como impregnarle un alma al equipo. “Escuchen su propia respiración”, decía a sus jugadores. Hasta el rebelde e indisciplinado D. Rodman entendió el mensaje. A propósito de este tema el axioma o aforismo dice:

“Pocas cargas son pesadas cuando se reparten”.

Los números de MJ quedaron ahí para hacer historia. Muchos difícilmente serán superados. Sin querer entrar al terreno de las comparaciones, un dato que con frecuencia se olvida es que Michael Jordan alcanzó sus números en prácticamente once temporadas pues la segunda y décima temporada prácticamente no jugó. De manera que es hasta cierto punto incorrecto comparar sus récords con los de jugadores que han llegado a jugar hasta veinte temporadas. También hay que considerar que los dos últimos años, con su regreso a Whashington Wizards, MJ lo hizo bajo otra perspectiva a sabiendas de que no lograría el nivel de la década anterior. Recordemos, entonces, este otro axioma:

“Los números son sólo estadísticas pues no hacen a uno mejor o peor jugador”.

Otro dato interesante e importante, no debidamente valorado, es que la genética de MJ le permitía terminar la temporada con intensidad y continuar la postemporada con igual o mayor energía. Su tiempo promedio de juego era de 40 minutos por partido. Esto resalta más ahora que a los superestrellas como Sthepen Curry, LeBron James o a los veteranos de San Antonio, sus entrenadores les están “administrando” sus minutos a fin de que no llegaran a la postemporada “fundidos”. Recordemos que la temporada pasada Curry y Tyron Lue aprendieron la lección de su vida, pues en el afán de lograr romper la marca de Chicago de 72-10, Curry se lesionó y eso, entre otras cosas les costó el campeonato.

De los seis campeonatos logrados por Chicago Bulls en cinco de ellos fue elegido MVP. Recordemos la satisfacción de MJ levantando sendos trofeos y abrazando a su “coach” y a su compañero y amigo Scottie Pippen y a los demás jugadores. Michael Jordan acaparaba la atención pero él repartía los méritos. Al final de la temporada Jordan agradecía a los demás diciendo: “sin ti no hubiéramos logrado el campeonato”.

Hablando de estadísticas el promedio de MJ en postemporada fue de 33.45 PPJ en comparación con los 30.12 PPJ en temporada regular.

MJ se mantuvo durante diez años en la cima de su carrera y como campeón anotador, y no es casualidad que en esos años haya logrado sus seis anillos de campeón y que tenga el récord de puntos anotados en postemporada.

Una característica de Chicago Bulls como equipo ganador fue implementada por Phil Jackson tanto en temporada regular como postemporada fue que el equipo salía al tercer cuarto a apabullar al rival y ahí inclinaba el marcador a su favor. Esta estrategia la aplicó luego en Los Ángeles Lakers y de allí la aprendió Tyron Lue para aplicarla ahora en el equipo Golden State Warriors.

DATOS INTERESANTES DE CHICAGO Y MJ

Tiros de último minuto. Durante los juegos de postemporada se realizaron varios tiros de último minuto. Imposible de olvidar el tiro con el que Chicago ganó el sexto campeonato anotado por Jordan y conocido como “El último tiro”. Pero también conviene recordar los tiros que hicieron John Paxson para ganar el segundo campeonato o el de Steve Kerr para ganar el quinto campeonato.

Otro dato difícil de olvidar es cuando Michael Jordan jugó con fiebre en el quinto juego de la serie final contra Utah Jazz y en donde jugó uno de sus mejores partidos. Recordamos la imagen donde al final del partido Jordan sale del campo sostenido en brazos de Pippen.

Quizá el dato de mayor relevancia pero que también se olvida es que, durante la temporada 1997-98 del sexto campeonato se sabía, “como un secreto a voces” que al final de la temporada el equipo se desarmaría pues tanto Pippen, Phil Jackson y el mismo Michael Jordan tenían serias diferencias con Jerry Krause. Sin embargo pudo más el profesionalismo, el espíritu de grupo, el deseo de ganar y el compromiso con los aficionados que sus problemas personales y el equipo cumplió su objetivo logrando el campeonato por sexta vez.

ALGO MÁS DE MICHAEL JORDAN

MJ No se dejaba intimidar por sus adversarios y mantenía el diálogo y la compostura usando su conocido sentido del humor y hasta la ironía en caso necesario.

Su Majestad ha sido de los pocos jugadores que podía jugar las cinco posiciones.

Longevo, como pocos, Michael Jordan pudo mantenerse en forma hasta los 35 años, pero se equivocó al retirarse durante tres años pues cuando regresó por segunda vez, sus mejores tiempos ya habían pasado, además de que un equipo ganador no se arma de un día para otro.  Mejor decisión hubiera sido tomarse un año sabático. Vince Carter el jugador en activo de mayor edad en la actualidad ha sorprendido con su buena forma física capaz de hacer acrobacias a sus cuarenta años. No así con Ginóbili a quien se le ha visto disminuido.

Pero también es justo decir que, hasta ahora y contrario a muchos exestrellas de la NBA, Michael Jordan sigue cuidando su físico y luce tan señorial como siempre.

Para terminar dejemos claro que Michael Jordan es el principal, principalísimo, actor de la dinastía de los Chicago Bulls y los logros de ambos, de la última década del siglo pasado es algo digno de imitar en este todavía joven siglo XXI.

Se dice y se dice bien que para hacer hazañas como la realizada por Michael Jordan, no sólo en el ámbito del deporte sino de cualquier campo del ser humano se necesita cierto grado de locura y con frecuencia encontramos comportamientos raros y hasta extravagantes, pero debo decir que no es el caso de Michael Jordan. De manera que hasta en esto es único.

Terminaré este artículo diciendo que el nombre Michael o Miguel, significa “enviado de Dios”, de modo que si usted se llama así considérelo ya como una importante prerrogativa.

 

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