Después de casi 30 años, el Comisionado David Stern, dejó su puesto como alto mando de la NBA. A pesar de su longevidad en el puesto, Stern es considerado como uno de los mejores comisionados que ha existido en deporte profesional de los Estados Unidos, y uno de los más reconocidos gestores de marca a nivel mundial.
David Stern inició en el negocio del baloncesto siendo asesor general de la NBA y después vicepresidente de desarrollo empresarial, antes de llegar al cargo como comisionado en 1984. Durante todos estos años como dirigente de la liga, la más reconocida e importante de baloncesto en el mundo, ha sabido construir y desarrollar una marca que ha creado estrechos vínculos emocionales entre sus productos y sus consumidores, un vínculo y una pasión que trascienden el juego mismo.
Pero también a David Stern se le ha cuestionado y criticado por sus decisiones ante problemas internos, pero se le ha reconocido más por ser el iniciador de una transformación en la liga sobre todos en las décadas de los 80, cuando la liga se tambaleaba, principalmente por la indisciplina y la idiosincrasia de los jugadores; era una liga sin atributos y llena de imponderables que rayaban en lo absurdo.
Pero como un visionario, Stern logró darle vida a la NBA, sentado precedentes, convirtiéndola en una marca dinámica, extendiéndola globalmente a través de una cercanía permanente con sus socios, gestionando franquicias de manera eficiente, creando una programación con contenido; al final de cuentas, una marca que pudo comercializar hasta convertirla en una de las más reconocidas del mundo.
Pero como todo visionario, la suerte ha estado de su lado, siendo capaz de aprovecharse de esas oportunidades en las que destacan, por mencionar sólo algunas, la rivalidad entre el Magic y Bird, la llegada de Michael Jordan, el nacimiento de Nike, la NCAA, el Dream Team y la llegada de jugadores extranjeros que le ayudó a expandir rápidamente la liga en el mundo.
Stern comprende que los negocios son cíclicos, que lo mercados son dinámicos y cambiantes, que ante la incertidumbre hay que dirigir el futuro y no limitarse a reaccionar, algo que un visionario como Stearn, más allá de sus inconvenientes como protector de la liga, deja como legado en la gestión de una marca deportiva exitosa.
